Con la entrada en vigor del nuevo Reglamento se abre una importante oportunidad para que nuestro ordenamiento jurídico introduzca novedades legislativas en materia de sucesiones y de derecho legitimario, que habrá de adaptarse a las nuevas tendencias europeas. Así, entre otras, será una magnífica oportunidad para reformar la tan arraigada institución de “la legítima” en nuestro Derecho común, cambios que vienen demandándose hace tiempo desde diversos colectivos (asociaciones y expertos jurídicos), y más desde que algunas Comunidades Autónomas con competencias en esta materia (como Navarra, Cataluña y Aragón) los vienen implementando en sus textos, teniendo a ésta institución como una obligación testamentaria simbólica y/o reduciendo en gran medida su porcentaje.

La legítima es la parte de la herencia de la que el testador no puede disponer libremente. Nuestra legislación impone al testador la obligación de dejar una parte de su patrimonio, ya sea en pleno dominio o en usufructo, a los legitimarios, salvo en supuestos tasados por la ley.

Para muchos esta obligación ha quedado obsoleta, entendiendo que limita la libertad del testador. Sin embargo, otros apoyan la continuidad de esta institución como herramienta para la protección familiar y de la consanguinidad.

De lo que no cabe duda es de que el nuevo Reglamento europeo, que empezará a aplicarse a partir del 17 de agosto de 2015 y permitirá a los ciudadanos elegir la ley de sucesiones del estado de la Unión Europea que más les interese siempre y cuando hayan residido en el mismo, servirá al menos para revisar nuestras instituciones sucesorias, marcando una antes y un después en el derecho legitimario de nuestro país y del resto de la Unión Europea.